
Tis Isat, las cataratas del Nilo Azul
Tis Isat significa “agua humeante” en amhárico, lengua de los Ámhara y co-oficial de Etiopía.
Nos alojamos en la orilla del Lago Tana, en la apacible ciudad de Bahir-Dar.
Decidimos visitar las cataratas Tis Isat, las más importantes de África que, por si no fuera suficiente, forman parte del mágico Nilo, el legendario Nilo Azul. Pronunciar su nombre evoca tiempos antiguos y grandes aventuras leídas, imaginadas, vividas o por vivir.
Y salimos al encuentro del Nilo Azul…
Tomamos un frágil esquife –quizás no tan frágil– y navegamos el Río hasta un punto del que no recuerdo su nombre; lo que sí recuerdo es a los cocodrilos apostados en la orilla al acecho, calentando su cuerpo y preparándose para entrar en acción. Impresionante manifestación de la fauna en libertad. Precioso e inquietante, ya que estamos pasando a menos de cinco metros de ellos. La sonrisa nerviosa nos delata, pero el orgullo nos impide decir nada. El orgullo y el hecho de que es recomendable no hacer ruido junto a los cocodrilos.

Cocodrilo del Nilo Azul
Comenzamos el camino a pie; no es duro, no es largo, son unos cinco kilómetros en los que disfrutas de la vegetación, ¿quién dijo que Etiopía es árida y seca? Lo es sin duda, pero en la zona sur exclusivamente; el Norte es realmente verde, muy verde en temporada húmeda.
A nuestro alrededor niños, niños que esperan su oportunidad, nos saludan, se acercan, se alejan, hablan con nosotros. El más osado se atreve a hacer la pregunta en inglés-etíope “Do you need a guide, Sir?” (¿Necesita un guía, señor?). La primera respuesta que nos sale es decir que no, vamos muy bien solos.
Error, grave error. Error casi de principiante.
Es imposible cambiar o pretender modificar las costumbres de la zona, imposible luchar contra una costumbre establecida desde hace tiempo, no se puede romper la cadena. Así nos lo explica nuestro autoproclamado guía, un niño de unos 10 años, simpático y divertido, que hace de pastor que ahuyenta a las fieras, sus otros compañeros, y nos libra del acoso incesante del resto de la chavalería congregada en torno a nosotros. “Somos muchos más ahora”, me explica, “porque no hay muchos turistas”. El acoso continúa, y continúa, incluso hay algún momento tenso-divertido por nuestra parte. Uno de nosotros estalla ante tanto acoso y espeta en “spaninglís” “¿Du yu andestan mi when ai espik?”, los otros tres compañeros nos morimos de la risa, ha sido un rugido de leona en el país de los leones de melena negra, tan sorprendente que al principio surge efecto, pero a los cinco segundo ya reímos todos sin parar, incluidos los niños.

Mig junto a las cataratas Tis Isat, en el Nilo Azul
Cruzamos riachuelos, contemplamos el paisaje, bello, sosegado, ya sin la presión de los niños, ese es el trato. La estrategia es acosar al blanco de turno hasta que se decide a contratar a su guía particular. Una vez conseguido, consideran el trabajo terminado y a por el siguiente. Es su modo de vida, su país, hay que aceptarlo y sonreir, no por fuerza, sino por convicción. Eso es lo que hacemos.
El espectáculo es precioso, qué ruido, qué fuerza tiene el agua aunque sabemos que tan sólo fluye el 15% del agua que caía antaño. Decido bajar hasta el fondo de la cascada. Me empapo de agua, estoy feliz, muy feliz de sentir en mi piel el agua del Nilo Azul, ¡no me lo puedo creer!

Cataratas del Nilo Azul antes del desvío de agua. Fuente wikipedia
Y transcurre el tiempo, allí de pie, mirando el agua con su precioso color chocolate con leche, ensordecedora y magnética, sintiéndola, empapándome de África.
La vuelta a Bahir-Dar no la recuerdo, mis sentidos se quedaron junto al río, en el fondo de la catarata. Y mi pasaporte casi también, no recordé que lo llevaba encima –¿dónde iba a estar si no?– y se mojó por completo. Milagrosamente, sólo necesita una tarde para secarse y quedarse presentable de nuevo.
A veces me gusta pensar que sigo allí, junto al río Nilo, cierro los ojos e imagino que estoy en Tis Isat, es una de mis imágenes preferidas. Ojalá algún día pueda cumplir mi deseo de navegar por los cuatro grandes ríos africanos: El Nilo, El Congo, el Niger y el Zambeze. ¿Alguién se apunta?

Cataratas Tis Isat. Río Nilo Azul. inshala Travel
Seguro que esa decisión no fue la mejor para el entorno natural, pero quiénes somos nosotros para criticar. ¿Acaso los etíopes no tienen derecho a rentabilizar sus recursos naturales? ¿Es que no hemos hecho esto mismo en Occidente y fuera de Europa en otros países con compañías en manos de Occidente? Sería muy hipócrita criticar esta actitud, aunque no me guste la decisión del gobierno etíope. Coincido plenamente con la opinión de Paco Nadal sobre este asunto en su blog, dentro de “El Viajero” en El País, y añadiría que si se quiere solucionar el problema africano, debemos ayudarles a generar riqueza sostenible, no enviarles comida (y no sigo por este camino, que no es el objeto de este artículo).
El agua es vida, el río es vida, pero la vida moderna requiere de “otras” cosas menos naturales. Será que nos estamos volviendo locos.
Mig
Si quieres conocer más opiniones puedes ver la página sobre las cataratas Tis Isat, en Minube.com
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Uuuuuf que pasada! Que grandísima sensación poder estar ahí con todos los sentidos absorviendo esas magnificas cataratas y empaparte de ellas!! Increíble!!
Además…, lo has contado de una forma que casi casi me has tranaportado allí mismo…como si me salpicara el agua del Nilo… Etiopía es uno de los lugares donde me encantaría ir…Y ahora tras leer eata entrada, aun me han venido mas ganas!! Uuuf!
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Wow!!! Que pasada….
Desde luego Etiopia es una de mis sueños pendientes, que creo que ahora que viajamos con un niño pequeño tendrán quen esperar un pelín.
Nos falta tanto de África…
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Muy ciertas tus palabras Jordi cuando dices que nos falta tanto de África… es un continente inmenso y rico en muchísimas facetas. Me encantaría poder recorrerlo de arriba a abajo sin parar pero como bien indicas, hay proyectos que quizás tengan que esperar un poco pero todo llega. En Inshala nos gusta ser muy positivos, es seguro que tu momento de viajar con el peque llegará. De todos modos, no tuvimos ningún problema en Etiopía pero obviamente las infraestructuras no son las mejores si quieres salir de la capital y ver el país a través de su transporte y sus gentes.
Muchas gracias por tu comentario. Si te apetece escribir o tienes fotos chulas de tus viajes, estás invitado a escribir en el blog. Esa es nuestra filosofía, cuantas más personas escribamos, mucho mejor!!! (envíanos un correo a inshalablog@gmail.com si te animas)
Gracias de nuevo,
InshalaMig
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